18 febrero 2008

Trailer esperado: Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

Muerte por plomo

Imprimir
La historia que les contaré implica muertes innecesarias por cáncer a causa del retraso voluntario provocado por las empresas de automoción.
Por decirlo de forma simple, los fabricantes de automóviles podrían haber introducido un convertidor catalítico efectivo contra los humos de escape, ya en la década de 1950, al mismo tiempo que podrían haber eliminado el cancerígeno plomo de la gasolina. Desafortunadamente, estas reformas se fueron retrasando durante más de 20 años. Y parece que al menos un fabricante de automóviles, tenía un fuerte interés lucrativo en que las cosas quedaran como estaban.
Un científico nacido en Holanda llamado Arie Haagen-Smit demostró ya en 1949 que el humo se originaba por los hidrocarburos no quemados emitidos por los tubos de escape de los automóviles. El reciente libro de Tom McCarthy “Auto Mania” narra una parte clave en esta historia; el químico francés Eugene Houdry creó el primer convertidor catalítico operativo, patentándolo en 1949. Para el año 1954 había desarrollado un prototipo operativo llamado OCM Muffler, que los funcionarios de contaminación del aire de la ciudad de Los Ángeles probaron en seis vehículos, cada uno de los cuales circuló 16.000 kilómetros. Estas pruebas demostraron de forma concluyente que si los coches funcionaran con gasolina sin plomo, se eliminaba el 80% o más de los hidrocarburos no quemados, lo cual reduciría significativamente los niveles de monóxido de carbono y óxidos nitrosos.
El problema está en que la gasolina con plomo era la estándar en 1954. La triste historia de cómo llegó a serla la contó Jamie Kitman en un artículo llamado “La Historia Secreta del Plomo” publicado en la revista The Nation (año 2000). No fue solo que General Motors tuviera el 50% de la Corporación Ethyl, que facturaba millones de dólares al año por fabricar plomo y aditivos. GM anunció durante aquellos tiempos que existían demasiados obstáculos para lograr un convertidor catalítico comercial que hiciera posible librarse del plomo, y otros fabricantes de automóviles estuvieron de acuerdo. Ciertamente existían algunos retos a superar en cuanto a durabilidad, pero nada que no pudiera resolverse rápidamente si los ingenieros se hubieran centrado en ello. Hubo un grupo industrial que dijo que se podría conseguir uno de estos dispositivos para 1958, pero no sucedió así. GM intentó en colaboración con Houdry, crear un catalizador tolerante al plomo, pero ese trabajo nunca llevó a nada.
En el trabajo del investigador Bill Kovarik de la Universidad Radford y a Matthew Hermes de la Estatal de Kennesaw,“Fuels and Society”, informó que GM finalmente se salió del negocio de la gasolina plomada en 1962, cuando vendió la Corporación Ethyl a una pequeña empresa papelera de Virginia. Aún así, no fue hasta la aparición del Acta por el Aire Limpio de 1970 (que exigió una reducción del 90% en los gases de escape) que los fabricantes de automóviles se tomaron en serio los convertidores catalíticos y decidieron librarse del plomo.

El 14 de enero de 1970, el presidente de Gm Ed Cole, comentó a unas conferencias de la Sociedad de Ingenieros de Automoción que los coches no contaminantes serían posibles si se cumplían dos condiciones:

1.- “Que los coches empleasen unos nuevos dispositivos llamados convertidores
catalíticos"
2.- "Que se eliminara el plomo de la gasolina”

Los fabricantes de automóviles, según se informa, sintieron la presión de la creciente pasión por proteger el medio ambiente del Congreso, de las críticas acérrimas de Ralph Nader y los de su pelaje, y de las leyes antitrust del Gobierno Federal. Pero el convertidor catalítico todavía volvió a retrasarse cuando en 1973, GM (ya entonces libre de la Corporación Ethyl) demandó con éxito a la recién creada Agencia para la Protección del Medio Ambiente en una corte federal para detener la retirada paulatina del plomo en las gasolinas. El argumento de que el plomo no era un peligro para el público prevaleció temporalmente, pero fue desestimado por una corte de apelación en 1976. Finalmente, el plomo y los convertidores catalíticos llegaron, 20 años después de que se probara de forma concluyente que cortaban de forma drástica la contaminación y de que salvaban vidas.